qu es y para qu sirve

Muchas veces cuando nos van a realizar una prueba de imagen nos informan de que se van a llevar a cabo con contraste. ¿Sabemos qué es esto? ¿Para qué sirve? ¿Tiene algún efecto sobre la salud? Dos radiólogos de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram) despejan las dudas que puedan surgir.  

¿Qué es el contraste?

A grandes rasgos, los medios de contraste son sustancias que se introducen en el organismo antes de realizar una prueba de imagen y que ayudan a diferenciar mejor los órganos y tejidos y permiten ver con más precisión si están sanos o hay alguna lesión o enfermedad. 

Estos compuestos pueden aplicarse por distintas vías de administración: oral, rectal, intravenosa, intraarterial… “y tienen como objetivo facilitar y/o mejorar la visualización de distintos órganos o fluidos, así como incrementar la sensibilidad y especificidad diagnóstica de las diferentes pruebas radiológicas”, explica a CuídatePlus Àlex Rovira, responsable de Publicaciones en la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram), y jefe de la Sección de Neurorradiología del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona.

¿En qué pruebas se pueden utilizar? 

De esta forma al  realizar una tomografía computarizada (TC), una resonancia magnética, una arteriografía, una radiografía o una ecografía, el contraste se observa en la imagen circundando, rellenando o destacando la zona (órganos, vasos sanguíneos…) que se busca analizar. “La mayoría de contrastes se inyectan por vía intravenosa, pero, por ejemplo, para hacer estudios angiográficos se utiliza generalmente la vía intraarterial. En determinados estudios y con menor frecuencia se inyectan vía intraarticular para llevar estudios artrográficos, vía intraluminal para estudiar el aparato digestivo o intrauterino, o incluso por vía intrarraquídea para hacer estudios mielográficos”, dice Rovira. 

¿Qué tipos de contraste existen? 

Carmen Sebastià, radióloga de la Sección de Genitourinario del Hospital Clínic de Barcelona, detalla que existen tres tipos de contraste: 

Los contrastes para pruebas que utilizan rayos X, que se dividen en contrastes positivos y negativos:

  • Contrastes positivos para exploraciones que utilizan rayos X:
    • Contraste yodado no iónico: “se administra por vía intravenosa e intraarterial y se utiliza en la tomografía computarizada (TC o escáner), la urografía intravenosa (UIV o pielografía) y las exploraciones de angioradiología (cardíacas, vasculares y intervencionistas)”, explica Sebatiá.
    • Contrastes intestinales: se administran por vía oral o rectal. En este grupo se encuentran  los medios de contraste gastrografin y el bario.
  • Contrastes negativos para exploraciones que utilizan rayos X:
    • Aire: se utiliza, por ejemplo, en la colonoscopia virtual por TC para distender el colon.
    • Agua: se administra por vía oral o rectal para distender las estructuras intestinales.
  • Contrastes para pruebas de resonancia magnética:
    • Gadolinio, se administra por vía intravenosa.
    • Contrastes órgano-específicos: se administran por vía endovenosa. Según Sebastiá, “se depositan específicamente en ciertas células o son excretadas por ciertos órganos lo que nos permite conocer mejor la estirpe celular de la patología a estudiar y nos permite contrastar mejor órganos y sistemas. Existen contrastes órgano-específicos para el hígado y con excreción específica por la vía biliar”. 
    • Contrastes para estudios intestinales: se utilizan “cuando queremos distender una víscera hueca como, por ejemplo, el agua o el zumo de piña para contrastar el intestino delgado en las enterografías por resonancia magnética o el agua o el gel ecográfico que se utiliza para distender la vagina o el recto en estudios pélvicos”, detalla Sebastiá.
  • Los contrastes ecográficos: Se utilizan distintas moléculas por vía intravenosa 

¿Cuándo se deben utilizar? 

Según apunta Rovira, los medios de contraste mejoran la identificación de estructuras (órganos, vasos sanguíneos…), incrementan la sensibilidad en la detección de lesiones y ayudan a caracterizarlas. 

No obstante, no es necesario utilizarlos en todas las pruebas de imagen, sino que debe ser el radiólogo quien decida cuándo serán utilizados para mejorar el diagnóstico. 

Siguiendo la normativa establecida recientemente por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), explica Rovira, “el uso de medios de contraste sólo debe realizarse si se considera estrictamente necesario en beneficio del paciente y siempre utilizando las dosis mínimas necesarias. Ello, sin duda, está produciendo un uso más racional de los mismos”.   

Precauciones previas antes del contraste 

Lo habitual es que cuando se cite al paciente para realizar la prueba se le explique qué preparación es necesaria y cómo realizarla si es que la hay. Rovira explica que antes lo habitual era pedir a las personas que iban a realizar una prueba con contraste yodado por vía intravascular (en la vena o arteria sin que se produzca su absorción) que acudieran en ayunas. 

Esta medida buscaba reducir el riesgo de vómitos y de aspiración.”Sin embargo, los contrastes iodados no iónicos de baja osmolalidad utilizados actualmente y los que contienen gadolinio tienen un muy bajo riesgo de producir vómitos en comparación con los medios de contraste yodados iónicos de alta osmolalidad utilizados anteriormente”, apunta Rovira. Por eso en la actualidad no se requiere que la persona vaya sin comer. 

Más allá de este cambio, Rovira dice que no hay que tomar precauciones especiales a menos que se haya sufrido alguna reacción alérgica a los componentes del contraste, como podría ser al yodo y al gadolinio. “En estas situaciones, lo primero que debe hacerse es una valoración del riesgo-beneficio de administrar el medio de contraste, y si se considera realmente necesaria su administración, llevar a cabo una premedicación a base de corticoides”.  

Mención especial merecen también las personas con diabetes que están tratadas con metformina y que sufren insuficiencia renal aguda o crónica grave. “Este tratamiento -la metformina- debe interrumpirse por el riesgo de desarrollar una acidosis láctica, pudiendo restituirse a las 48 horas tras un seguimiento cauteloso de la función renal”, añade Rovira. 

¿Cuánto tarda el cuerpo en eliminarlos?

Una vez que realizamos una prueba con contraste podemos plantearnos cuánto tardará nuestro organismo. Este tiempo varía en función de la vía por la que se ha administrado el contraste pero también de la sustancia utilizada. 

Lo habitual es que los contrastes yodados se eliminen por la orina. Sebastiá explica que todo depende del funcionamiento del riñón de la persona, pero si es normal “estos contrastes se eliminan en menos de 4 horas por la vía urinaria”. Rovira añade que el 80% se elimina en las primeras 6 horas y sólo un 5% es excretado a través del sudor, las lágrimas, la saliva y la bilis”. 

Si el contraste utilizado para la resonancia magnética contiene gadolinio, su eliminación también se realiza por la orina en las siguientes 24 horas. En el caso de los contrastes con manganeso, “utilizados para estudios hepatobiliares, son eliminados fundamentalmente a través de la bilis (en torno al 15-20% se elimina por vía renal en las primeras 24 horas”, apunta Rovira. 

¿Se pueden usar en niños?

“Tanto en adultos como en niños puede utilizarse el contraste para las mismas indicaciones, únicamente teniendo en cuenta que deben ajustarse las dosis al peso del paciente y que el cálculo de la función renal se hace de forma distinta”, explica Sebastiá.

En ello coincide Rovirá, quien añade que los neonatos y los niños son un grupo vulnerable, por lo que hay que valorar el riesgo/beneficio de su aplicación y utilizar los compuestos aprobados para su uso en edad pediátrica. 

¿Existen contraindicaciones para el uso de los contrastes? 

El uso de contrastes radiológicos se considera muy seguro y en el caso de que produzcan algún efecto, que son poco frecuentes, no se habla de alergias sino de reacciones medicamentosas adversas. 

Según explica Sebastiá, “el principal efecto medicamentoso adverso del contraste yodado es el empeoramiento de la función renal en personas que ya la tuvieran previamente alterada, actualmente esta asociación se denomina lesión renal aguda post-contraste”. 

En este sentido, Rovira añade que estos efectos adversos “han disminuido considerablemente con el cambio de medios de contraste iónicos de alta osmolalidad a medios de contraste no iónicos de baja osmolalidad”. De esta forma, “la frecuencia global de efectos adversos es de únicamente del 0,2%, siendo la mayoría leves”.

En el caso de reacciones adversas al gadolinio, su presencia también es baja y leve. “Es importante señalar que no hay reactividad cruzada entre los diferentes tipos de medios de contraste. Por ejemplo, una reacción previa al medio de contraste basado en gadolinio no predice una reacción futura al medio de contraste yodado, o viceversa, más que cualquier otra alergia no relacionada”, añade Rovira. 

¿Entonces no existen las alergias al yodo?

En algunas ocasiones tras el contraste con yodo pueden aparecer náuseas momentáneas, mareos o ronchas cutáneas. Esto que se denominaba alergia al yodo, y que ahora no se considera como tal sino como una reacción adversa, según explica Sebastiá, “no requiere premedicación ni control posterior. En el caso de reacciones más graves, ninguna medicación profiláctica previene que esta se repita y el hecho de que se haya inyectado contraste una vez no previene de que pueda existir una reacción grave en una inyección posterior”. No obstante, este tipo de reacciones deben controlarse por parte de alergólogos y anestesistas. 

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